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UNA PARCELITA EN LA LUNA

Si el agasajado sueña con ser un gran terrateniente, este es el regalo perfecto: Una parcela en la luna. Sí amigos, habeis oido bien. Un pedazo de luna que puede pasar a ser de vuestra propiedad. Cada vez que alguien diga la mítica frase: "está la luna llena" tu podras responder: "UN CACHO ES MIO".
El derecho de propiedad privada se ha extendido a la luna a través de la agencia de bienes raíces "Lunar Republic International" (http://www.lunasociety.org/)
Autonombrada la “mejor agencia de bienes raíces lunares”, y con oficinas en la Quinta Avenida de Nueva York, Lunar Republic International se dedica a mapear y asignar derechos de propiedad privada sobre el terreno de la Luna. Esta organización es reconocida a nivel mundial por especialistas de derecho y legislación en el espacio (tocate los cojo... Santa Claus).
Una buena parte del capital reunido por esta agrupación proviene de diversas empresas y organizaciones que ya han puesto, desde hace tiempo, sus ojos en la luna como una opción accesible para concretar una eventual expansión espacial. Y para mitigar las críticas, Lunar Republic International utiliza parte del dinero que recibe para pagar becas universitarias y otros proyectos de ayuda social.
Así que ahora lo sabes, si estas pensando en invertir algo de dinero en comprar propiedades olvidate del ladrillo y adquiere un terrenito en alguno de los fraccionamientos lunares que han recibido nombres tan exoticos como “Mar de la Tranquilidad”, "Mar Vaporoso",o el “Lago de los Sueños”.  
Quien sabe si en el futuro se revalorizarán hasta el infinito. La vida da muchas vueltas, y la luna también.Los precios van desde los 18 Dolares el acre (que son como 15 Eurillos) a los 37.50 (31 Euros) de la zona vip llamada "Mar de la Tranquilidad". Por cierto, un acre son poco más de 4000 metros cuadrados, da para un chaletazo la mar de mono. Pues aquí tenéis otro regalo interesante, original y además barato (http://www.lunarregistry.com/land/index.shtml) ¿Quien da más?. Si a álguien se lo regalan que nos cuente la experiencia. (Por cierto, a mí si me lo regalan, que compren el caro, no sea que el barato se convierta en viviendas de protección oficial llenas de palmeros).

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